A pesar de la enorme cantidad de publicidad que recibimos cada día, el escaparate sigue siendo el método de promoción más cercano y efectivo. El cliente tiene una experiencia directa con el producto y eso provoca una mayor predisposición a la compra.
Cuidar tu escaparate es tener al mejor vendedor las veinticuatro horas del día todos los días del año.
Un buen escaparate vende más porque potencia la compra impulsiva. Además, un negocio que cuida su escaparate se percibe como una empresa que cuida a sus clientes.